En agosto de 1931 se fundó en Santiago del Estero, el recordado Inti Club, una especie de cuna de grandes valores, con Miguel Cortijo como referencia absoluta en los años 80.
En el año 1988 y con el “Bebe” Aliende (papá y abuelo de dos de los protagonistas de esta historia) como presidente, dos “hermanos de camiseta” le obsequiaron al club, el último campeonato de primera división local antes de conformarse la fusión junto a Santiago BBC y Estudiantes Unidos. Se trata de Guillermo Aliende y Marcelo “Mudo” Pérez, entrañables amigos que con el paso del tiempo fueron forjando una relación más allá de cualquier vicisitud y distancia, ya que Marcelo se tuvo que ir a vivir a Chaco desde muy joven.
La pasión por Mitre, el club de fútbol de sus amores, y campeonatos de veteranos, fueron el pretexto obligado para volver a juntarse y disfrutar casi como un “flashback”, de aquellas épocas en la barriada de “la Mendoza”.
“Marcelo es como mi hermano, nos conocemos de toda la vida, inclusive desde antes de llegar al club, en el barrio tuvimos una hermosa infancia, con muchos chicos. Un tiempo después, cada uno por su lado se fue acercando al Inti. Fuimos forjando una amistad de adolescentes, jugando en todas las categorías, el básquet siempre fue nuestra pasión, aunque jugábamos a todo. Fue una etapa muy linda, con grandes recuerdos”, comentó Guillermo Aliende.
Por su parte, el “Mudo” Pérez, dijo: “Hablar de Guillermo es hablar de mi hermano de la vida, tenemos muchas anécdotas y vivencias juntos, en la cancha y afuera, siempre con los valores de la amistad por encima de todo. Tuve el privilegio de ser testigo de su casamiento, gesto que valoro profundamente, compartimos además un millón de cosas que todavía nos mantienen unidos como el primer día en el barrio”.
Pero ese vínculo, no solo permanece inalterable con el paso de los años, sino que además se sigue fortaleciendo con nuevos lazos, y siempre con el básquet cruzando las relaciones. Hoy los hijos de Guilli y el “Mudo” son jugadores profesionales en la Liga Nacional, y junto con Phillip Lockett Jr. están echando raíces santiagueñas en el plantel del Negro de La Banda.
“Que hoy nuestros hijos puedan estar juntos, en un equipo de la provincia y jugando liga nacional, realmente nos llena de orgullo. Es un sentimiento familiar muy fuerte”, agregó emocionado Guillermo Aliende.
Por su parte, Marcelo Pérez, agregó: “Las vueltas de la vida encuentra a nuestros hijos en Olímpico compartiendo un equipo profesional, algo realmente hermoso que nos sigue regalando este deporte que amamos. Agradezco a la vida que se hayan juntado y de alguna manera permanezcan intactos los lazos que traemos desde chicos. Ojalá que todo salga de la mejor manera”.
PRIMOS DE CARIÑO
Esta será la primera vez que “Guillito” y Santi jueguen juntos en un equipo de liga y con marcado protagonismo. Si bien coincidieron en Villa San Martín hace algunos años, la situación por aquel entonces era diferente porque “Pippen” Pérez ocupaba ficha de juvenil emergente. Hoy ya tiene una liga nacional encima, inclusive experiencia en competencia internacional con Olímpico.
“Yo todavía no tomo dimensión de lo que estamos viviendo, compartir un equipo de liga con Santi, que es mi primo de cariño, es algo muy lindo, nos conocemos hace tanto tiempo, con reuniones familiares y picados en el verano que todavía no lo puedo creer, además sabemos lo que esto significa para nuestros seres queridos”, expresó el menor de los Aliende que su vez se comprometió a pasarle la bola a su primo para que demuestre sus condiciones de tirador.
Finalmente, Santiago Pérez que vuelve a vestir la camiseta del Negro esta temporada, expresó sus sensaciones al respecto: “Es algo muy lindo, nuestros padres se criaron juntos prácticamente, y yo tengo un cariño muy grande por la familia Aliende, que es como la mía. Poder jugar juntos en liga nacional, después de tantas cosas compartidas seguramente quedará en nuestros mejores recuerdos”.