Los Tigres terminaron cerrando con comodidad el duelo ante el Negro Bandeño, imponiéndose 113 a 93. El goleador estuvo del lado visitante, con un intratable Luciano Cáceres que convirtió la friolera de 42 unidades.

Fue un partido extraño. Porque los dos jugaron a un ritmo vertiginoso donde las ofensivas brillaron en detrimento de las defensas, ofreciendo un espectáculo atractivo. Los Tigres Juniors arrancaron encendidos y se reflejó en la producción final del primer capítulo con un rutilante 27-14, donde el rafaelino Chiabotto brilló con 13 unidades.

La ventaja máxima trepó a 15 cuando transcurrían los primeros 4` del segundo período, hasta que reaccionó la visita. Fue uno de los mejores pasajes de Olímpico que comenzó con un 0-7 para limar la distancia hasta el cierre de la primera etapa, donde se retiró a los vestuarios con una desventaja de 7 (45-38), sustentado en la producción de Cáceres y Morales (13 entre losd dos).

En el tramo inicial del complemento, el juego se mantuvo equilibrado porque la dupla Cáceres - Morales (16 aportó el tándem) respondía cada mandoble del dueño de casa pero Libertad tuvo posteriormente un pasaje abrumador donde casi duplica las conversiones rivales (17-9) que ensanchó la grieta a 17 (79-62) antes del descanso corto.

El quinteto de apertura aurinegro, con un goleo muy repartido redondearía exorbitantes 34 puntos en solo 10 minutos. Y si bien, todo parecía encaminarse a un triunfo sin turbulencias para Libertad, el batallar incansable de Cáceres (convirtió 20 en esta cuarto) y los escopetazos perímetrales del equipo dirigido por José Gerez le otorgaron vida para acercarse a una decena de unidades (89-79) cuando restaban 6` para el cierre. Pero reaccionó el local con el trío Chiabotto, Eydallín y Quiroga (18 en total) para poner la casa en orden, despidiéndose de su cuarto triunfo en la temporada con 23 de máxima.